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Trapecio: en su justa medida
Situado entre el cuello y la espalda, el trapecio es un músculo plano y el más superficial de todos los que se encuentran en esa zona. De forma triangular, se trata de un músculo par, lo que significa que existen tanto un trapecio izquierdo como uno derecho, situados de manera simétrica.
Ejecutar este músculo resulta muy importante a nivel postural; también lo es porque facilita la corrección de posibles desviaciones que pudieran producirse en ciertas partes de la espalda u hombros por falta de fuerza.
Hasta hace unos años, en el mundo del fitness era un criterio generalizado el de que cuanto más desarrollado, un trapecio era también más atractivo desde el punto de vista estético. Sin embargo, este criterio ha ido variando con el paso del tiempo, de forma que hoy en día está más que asentada la opinión de que, a nivel de este músculo, la simetría y la plasticidad juegan a favor de su estética mucho más de lo que lo hace un desarrollo desmesurado. Desde este punto de vista, es evidente que un aumento excesivo de los trapecios ofrece una imagen de estrechez de espalda: justo el efecto contrario al que se busca, que es el de dotar a los hombros de una gran anchura. Y esto es válido tanto para los hombres como para las mujeres, ya que sobrepasar ciertos niveles de desarrollo puede ofrecer una imagen excesivamente “dura”.
Entre los ejercicios más apropiados para el trapecio se encuentran los encogimientos en polea o barra. No obstante, para evitar los tirones, hay que levantar el máximo peso posible, pero solo con el músculo a ejercitar.
Asimismo, este tipo de ejercicios también resultan muy interesantes como rehabilitación en caso de problemas cervicales, muy frecuentes, tanto estos como los de espalda, entre los usuarios de los gimnasios, una gran mayoría de los cuales experimenta notables mejoras al desarrollar el tono muscular en los trapecios. En este sentido, conviene recordar que la suplementación deportiva también nos puede ayudar a prevenir lesiones musculares, y contribuye a aportar flexibilidad y resistencia a las articulaciones, previniendo los procesos degenerativos.