Cómo prevenir las lesiones articulares en deportistas

En los últimas tiempos, se ha producido un notable incremento de la población que practica deportes de competición y alto rendimiento, así como en el de quienes practican deportes con fines recreativos (surf, esquí, remo, etc), acuden a gimnasios, realizan actividades como running o ciclismo, o se mantienen en forma o modelan su cuerpo mediante modalidades deportivas como fitness, crossfit, etc. No hay duda de que en nuestra sociedad el deporte está de moda.

Como es lógico, un número creciente de practicantes de deporte trae consigo una mayor frecuencia de traumatismos, lesiones por sobrecarga y alteraciones del sistema músculo-esquelético, sobre todo, cuando se realizan deportes de riesgo. El deporte de moderada intensidad ofrece numerosos beneficios para la salud, pero el sobresfuerzo tiene un precio que muchas veces se ignora...hasta que hay que pagarlo.

Con todo ello, han ido en aumento las lesiones del cartílago articular relacionadas con la práctica deportiva. Las articulaciones afectadas con más frecuencia son las rodillas, especialmente en deportes de alto rendimiento, y se suelen acompañar de lesiones de meniscos, luxaciones de rótula o alteraciones de los cartílagos articulares, destacando la afectación de los cóndilos femorales.

La capacidad de reparación espontánea de estas afectaciones es muy limitada y es una de las principales causas de incapacidad para proseguir con la actividad deportiva.

La sobrecarga articular por encima de los límites que la articulación puede soportar puede llevar a un adelgazamiento del cartílago que recubre la articulación, disminución de la concentración de proteoglicanos, aumento de enzimas de degradación y apoptosis de los condrocitos. Estas alteraciones del cartílago pueden acompañarse de inestabilidad, afecciones de los meniscos y una progresión en la disminución del espesor del cartílago.

La manifestación más frecuente de este proceso degenerativo suele ser el dolor que puede ir acompañado de derrame sinovial, pinzamientos, etc…, lo que dificulta la funcionalidad de la articulación.

Complementos nutricionales

Con la intención de prevenir el daño articular o de limitar su progresión se vienen usando complementos nutricionales. La mayoría de ellos están focalizados en la artrosis y, sin embargo, no hay muchos trabajos sobre las diferentes etapas de la progresión de condropenia en atletas.

El sulfato de glucosamina y el sulfato de condroitina se han utilizado en la prevención y tratamiento de lesiones del cartílago articular, si bien despierta cierta controversia. Los estudios realizados con glucosamina, condroitina y mezcla de condroitina y glucosamina en pacientes con artrosis de rodilla, parecen mostrar mayor eficacia de la combinación de estos proteoglicanos frente a anttiinflamatorios y placebo.(Towheed TE. et a.l 2003)

Se han estudiado y empleado, otros complementos nutricionales que contienen metilsulfonilmetano (MSM), hidrolizados de colágeno y ácido hialurónico, como agentes potencialmente útiles frente al dolor articular. Hay numerosos trabajos publicados sobre el efecto de la administración oral de hidrolizados de colágeno, solos o en combinación con glucosamina y condroitina que apuntan a una disminución del dolor y una mejora de la funcionalidad articular (Puigdellvol 2018).

El ácido hialurónico, un polisacárido con una importante capacidad de hidratación, se emplea en tratamientos de viscosuplementación en inyección intraartricular y también se usa, a concentraciones elevadas, por vía oral proporcionando una acción analgésica y antiinflamatoria en pacientes con lesiones degenerativas en rodilla.

Sin embargo, no debe olvidarse que la prevención es el mejor de los remedios y que el deporte es un gran aliado de la salud cuando se maneja adecuadamente.